La ONU vota por reconocer a Palestina – Israel se asegura de que no quede nada que reconocer La Asamblea General de las Naciones Unidas ha vuelto a resonar con la voz de una casi unanimidad. En septiembre de 2025, estado tras estado levantó la mano en apoyo a la Declaración de Nueva York, que pide una solución de dos estados y recomienda que Palestina obtenga la membresía plena en la ONU. La sala estalló en aplausos. El simbolismo fue profundo: tras décadas de despojo y procesos de paz fallidos, el mundo parecía finalmente afirmar el derecho de Palestina a existir como un estado soberano. Y, sin embargo, mientras la tinta se secaba en la resolución en Nueva York, el fuego llovía sobre la ciudad de Gaza. La respuesta de Israel al reconocimiento fue la aniquilación. Reconocimiento en papel, realidad pulverizada La votación fue histórica. Más de 140 países la respaldaron. Solo un pequeño puñado, liderado por Israel, Estados Unidos y sus satélites habituales, se atrevió a oponerse. Para los palestinos, fue un momento de reconocimiento largamente pospuesto: sí, existís, y sí, merecéis un estado propio. Pero el reconocimiento en papel significa poco si las personas, la tierra y las instituciones de ese estado están siendo borradas en tiempo real. Gaza no solo está bajo asedio; está siendo sistemáticamente eliminada. Barrios enteros han desaparecido. Los hospitales son ruinas humeantes. Universidades, escuelas, mezquitas e iglesias arrasadas. La electricidad, el agua y el saneamiento destruidos. La hambruna acecha a los niños que han sobrevivido a las bombas. La Franja de Gaza ya no se parece a una sociedad; se asemeja a las secuelas de un apocalipsis. La estrategia de Israel no podría ser más clara: si no se puede negar a Palestina en los salones de la diplomacia, se le negará en el terreno. Gaza: Un plan genocida Desde octubre de 2023, Gaza ha soportado una de las campañas militares más destructivas de la historia moderna. La cantidad de explosivos lanzados sobre este pedazo de tierra desafía cualquier comparación: más que lo que absorbieron muchas ciudades europeas durante años enteros de la Segunda Guerra Mundial. Pero, a diferencia de Varsovia o Londres, la gente de Gaza no tiene a dónde huir. Todas las fronteras están selladas. Es una jaula siendo martillada desde arriba. El conteo oficial de muertos – decenas de miles confirmados – ya supera la capacidad de las morgues y cementerios. Pero todos saben que la cifra real es mucho mayor. Familias enteras desaparecen bajo escombros nunca excavados. Bebés mueren de hambre antes de que puedan ser registrados como vivos. Las enfermedades arrasan campamentos donde ya no hay medicinas. Esto es exterminio por todos los medios disponibles: bombas, hambre, sed, enfermedades. Cisjordania: Esposas y vendas en los ojos Mientras Gaza es pulverizada, Cisjordania es asfixiada. Campañas de arrestos masivos recorren ciudades como Tulkarem, Yenín, Hebrón. Cientos son detenidos de una vez: esposados, con los ojos vendados y llevados a prisiones militares donde la tortura, la violación y el hambre son rutina. Milicias de colonos, envalentonadas y a menudo escoltadas por soldados, expulsan a familias palestinas de sus hogares. Pueblos son destruidos. Tierras agrícolas son robadas. Nuevos asentamientos surgen como dientes que se hunden más profundamente en el suelo ocupado. Esto no es “seguridad”. Esto es limpieza étnica: calculada, deliberada e implacable. Es la ruptura metódica de la sociedad palestina para asegurar que cualquier “estado futuro” sea un cadáver amputado. El momento es el mensaje Cada vez que el mundo se acerca a reconocer a Palestina, Israel intensifica su campaña de destrucción. La votación de septiembre de 2025 no fue diferente. Mientras los diplomáticos aplaudían una resolución en Nueva York, las bombas caían con más fuerza sobre Gaza. Mientras los líderes hablaban de “dos estados lado a lado”, soldados en Cisjordania ataban y hacían desaparecer a cientos de hombres palestinos. El mensaje fue inequívoco: las resoluciones no cambian nada, porque Israel decidirá la realidad con fuerza bruta. Un estado rebelde que desafía al mundo Israel no solo ignora el derecho internacional; se burla de él. Desprecia las sentencias del Tribunal Internacional de Justicia. Hace trizas las resoluciones de la ONU. Actúa con impunidad, confiado en que sus patrocinadores occidentales lo protegerán de las consecuencias. Esta es la definición de libro de un estado rebelde, uno que se comporta como si estuviera por encima de todas las reglas, sin rendir cuentas a nadie. ¿Y por qué no habría de hacerlo? Durante décadas, las condenas han llegado sin consecuencias. La “grave preocupación” y el “profundo pesar” han sido las únicas armas que la llamada comunidad internacional ha reunido. Israel ha aprendido que puede actuar con total impunidad, porque nadie lo detendrá. El reconocimiento no es suficiente La última resolución de la Asamblea General de la ONU es un gesto diplomático, pero los gestos no detienen genocidios. No abren pasos fronterizos. No alimentan a niños hambrientos. No reconstruyen hospitales bombardeados. Sin el respaldo de la fuerza, las resoluciones son palabras flotando sobre cenizas. Si el mundo está serio en detener la destrucción de Gaza y la limpieza étnica en Cisjordania, el tiempo de las frases vacías ha pasado hace mucho. La Asamblea General debe actuar bajo la Resolución 377 – “Unidos por la Paz”. Cuando el Consejo de Seguridad está paralizado, la Asamblea tiene la autoridad para recomendar medidas colectivas, incluida la intervención militar. Esto no es opcional. Es el mecanismo diseñado precisamente para detener lo que estamos presenciando. La prueba final de la ONU Si la ONU se conforma con votaciones simbólicas mientras Israel continúa su devastación, demostrará ser tan ineficaz como la Sociedad de Naciones frente al fascismo y el Holocausto. Otro genocidio se desarrollará bajo la mirada de una institución fundada para prevenir tales crímenes. La elección no podría ser más clara: o la ONU interviene para detener la aniquilación de Palestina, o se condena a la irrelevancia. El reconocimiento no significa nada si los reconocidos son aniquilados. La votación en Nueva York fue histórica, pero la historia no recordará gestos. Recordará si el mundo actuó o si miró hacia otro lado. Referencias 1. Asamblea General de las Naciones Unidas (2025). Declaración de Nueva York sobre la solución de dos estados. Votación de la Asamblea General de la ONU, 12 de septiembre de 2025. 2. Asamblea General de las Naciones Unidas (2024). Resolución ES-10/23: Estatus del Estado de Palestina en las Naciones Unidas. Adoptada el 10 de mayo de 2024. 3. Corte Internacional de Justicia (2024–2025). Aplicación de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio en la Franja de Gaza (Sudáfrica contra Israel). Órdenes sobre medidas provisionales, 26 de enero de 2024; órdenes posteriores durante 2024–2025. 4. The Lancet (2024). Contar a los muertos en Gaza: difícil pero esencial. Análisis que estima >186,000 muertes totales (directas + indirectas) para julio de 2024. 5. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR). Declaraciones de Relatores Especiales (desde noviembre de 2023) advirtiendo sobre el riesgo de genocidio en Gaza. 6. Human Rights Watch (2024–2025). Informes sobre tortura, hambre y abuso sexual de detenidos palestinos, incluidos trabajadores de la salud. 7. +972 Magazine & Local Call (2024). Informes sobre una base de datos de inteligencia militar israelí que muestra que ~83% de los asesinados en Gaza son civiles. 8. Al Jazeera (2025). La Asamblea General de la ONU respalda la solución de dos estados para Israel y Palestina, 12 de septiembre de 2025. 9. Reuters (2025). Cifra de muertos por la ofensiva de Israel en Gaza: Ministerio de Salud y estimaciones independientes, marzo de 2025. 10. The Guardian (2025). Exjefe de Estado Mayor de Israel confirma más de 200,000 víctimas palestinas (muertos o heridos), 12 de septiembre de 2025. 11. UN OCHA (2023–2025). Territorio Palestino Ocupado: Informes sobre el impacto humanitario, documentando destrucción, desplazamiento y condiciones de asedio.